Nací en una familia en la que la actividad física siempre estuvo presente de una forma u otra. Ya fuera absorbiendo conocimientos de mi abuelo, que era educador físico, o de mi tía, que era fisioterapeuta, de manera natural me convertí en el practicante de la familia. Fui el rebelde que no quería estudiar, sino moverme y sentir. Desde joven, estuve conectado con los deportes y comencé mi carrera en la danza muy temprano, con una práctica enfocada en competiciones y co-creaciones. Pero, lo más importante, siempre sentí que el movimiento estaba conectado con algo más profundo dentro de nosotros.

A lo largo de mi carrera, pasé una cantidad considerable de tiempo actuando en los escenarios, donde aprendí la importancia de interactuar con los demás y de sintonizar profundamente con mi cuerpo y los cuerpos de quienes me rodeaban. Esta experiencia me enseñó qué es el verdadero esfuerzo, tanto físico como emocional. Fue un viaje complejo y gratificante que refinó mi movimiento y reveló cómo nuestro comportamiento, nuestras experiencias y la percepción de nosotros mismos están intrincadamente vinculados a la forma en que nos movemos.

Aunque disfruté del mundo de las artes escénicas, luché con las presiones de estar en el escenario, lo que generaba estrés y ansiedad que afectaban mi forma de moverme, de alguna manera. La falta de una plataforma clara que apoyara mi desarrollo físico y emocional me llevó a practicar únicamente por el resultado, centrándome en metas y forzando mi movimiento de maneras que obstaculizaban mi desarrollo personal. Me di cuenta de que mi práctica física no estaba apoyando mi salud en general; estaba estancado.

Cada crisis de identidad puede llevar a una transformación si canalizas bien la energía. Cambié drásticamente mi práctica, enfocándome en formas más mecánicas de moverme. Pasé del caos al orden, de la improvisación a la planificación. A medida que cambié mi práctica, mi comportamiento también cambió con los años. Complete estudios para ser entrenador, esto me llevó a una comprensión más profunda del cuerpo, despertando mi interés en la educación física. Me dio estructura tanto a nivel teórico y practico ayudando a cientos de personas a conseguir sus objetivos.

Mi objetivo profesional es siempre estar activo como alumno, y no solo como profesor. Mis enseñanzas se basan en entrenamientos físicos pero siempre con un peso cognitivo y sensitivo muy fuerte ya que considero que la separación de la mente y cuerpo no existe y un abordaje completo sera siempre mas completo. La presencia en como ejecutamos, que hacemos en los descansos, como respiramos mientras nos movemos… todo son oportunidades para incrementar nuestra inteligencia de movimiento así como la presencia fuera del estudio o gym y asegurarnos unos resultados óptimos.

Los objetivos son metas que nos marcan el camino, y ai esta el aprendizaje. Cuando trabajamos con nuestro cuerpo la experiencia sobre nuestro ‘ser’ cambia, al generar mas atención aprendemos a organizar nuestro cuerpo de forma ergonómica, a reflexionar de manera mas profunda sobre nosotros mismos, a apreciar mas nuestro movimiento, nuestra postura cambia a mejor, mejoramos la relación con nuestro entorno y con las demás personas, son cambios que suceden a nivel fisiológico, resultado del entrenamiento.

Los pilares de mi enseñanza son:

- Fomentar la autonomia
- Individualisation
- El aprendizaje a travez de la intuición
- Priorizar la salud y el bienestar
- El encuentro con la comunidad

Hoy en día puedes encontrarme en la isla de Ibiza, en España, donde estoy activo compartiendo mi conocimiento y generando comunidad. También puedes entrenar con nosotros en nuestra plataforma online.